Porque en muchas ocasiones importan más las historias que se cuentan que las vías para compartirlas, Dios no tiene tiempo libre —la nueva novela de Lucía Etxebarria— se conoció antes como obra de teatro. Estrenada en una sala independiente el año pasado, producida y dirigida por la propia autora, esta historia de corrupción —y amor— vuelve ahora a su formato original: el libro.
David, un actor que lo tuvo todo y lo perdió todo, recibe un encargo inesperado: visitar a Elena, que fue su novia de juventud, más tarde casada con un político corrupto. Elena agoniza en una habitación de hospital y su prima Alexia, millonaria cuya fortuna proviene de las inversiones inmobiliarias de su exmarido, es quien realiza el encargo. El cruce de seducción, engaño, mentiras y traiciones entre el trío David-Elena-Alexia saca a la luz lo mejor y lo peor de cada uno.
Dios no tiene tiempo libre analiza los mecanismos de la corrupción desde lo particular a lo general, desde las pequeñas corruptelas del día a día hasta las grandes tramas políticas. Pero habla sobre todo de amor, de redención, de la capacidad de elegir o de decir que no, con el habitual tono —entre lo irónico y lo poético— de Lucía Etxebarria.
Lucía Etxebarria es licenciada en Filología y Periodismo y doctora en Letras por la universidad de Aberdeen. Ha escrito novelas, cuentos, libros de poesía, guiones de cine, cuentos para niños y ensayo político, literario y feminista. Ha publicado más de veinte libros traducidos a más de veinte idiomas. Es miembro de la Academia de Cine. Ha ganado el premio Nadal, el Primavera, el Planeta, el Barcarola de Poesía y el Lazio (concedido por el Ministerio de Cultura italiano) a la mejor novela extranjera. Escribe en prensa cuando le dejan y habla en la radio en el gabinete de Julia Otero. El suplemento cultural de Le Fígaro dijo de ella que era la voz española más potente de su generación.