Que a los escritores les gusta una fiesta y un bebercio lo sabemos bien los que amamos el universo que rodea a las letras. No a todos, también es cierto, pero a muchos, a muchos… Será que el alcohol, compañero inseparable de la celebración, despierta a las musas por un rato, aunque otra cosa muy distinta es que esas mismas musas suelan salir huyendo con la resaca del día siguiente.
Queremos empezar el fin de semana recorriendo esta galería de escritores disfrutando en fiestas: sin fin como las de Allen Ginsberg, recatadas a lo Marcel Proust, cargadas de anécdotas como la de Isak Dinesen-Carson McCullers-Marilyn Monroe-Arthur Miller (la hubo, sí), glamurosas al estilo de Truman Capote…
¡Que empiece la fiesta, escritores!
Truman Capote preparándose para su fiesta Blanco y Negro, en 1966.
Queremos empezar el fin de semana recorriendo esta galería de escritores disfrutando en fiestas: sin fin como las de Allen Ginsberg, recatadas a lo Marcel Proust, cargadas de anécdotas como la de Isak Dinesen-Carson McCullers-Marilyn Monroe-Arthur Miller (la hubo, sí), glamurosas al estilo de Truman Capote…
¡Que empiece la fiesta, escritores!
Truman Capote preparándose para su fiesta Blanco y Negro, en 1966.
Allen Ginsberg, dándolo todo en su 39 cumpleaños.
Kingsley Amis (sí, es el padre de Martin Amis, también escritor), elegancia fiestera.
Hunter S. Thompson, de ronda nocturna con John Cusack, Johnny Depp y una "amiga".
Cuando Isak Dinesen viajó a Estados Unidos dijo que quería conocer a Marilyn Monroe. Se organizó una cena entre ellas, a la que también asistieron Arthur Miller y Carson McCullers. Cuentan que no hizo buenas migas Dinesen con Miller, que expresó a la escritora su estupor ante la dieta que ésta seguía: ostras y champagne. A las recomendaciones de Miller, Dinesen sentenció: "No sé nada de eso, pero soy vieja y como lo que quiero". Mientras, la McCullers y Monroe intimaban.
Paul Verlaine, acompañado de un vaso de absenta.
Zadie Smith: belleza rodeada de belleza (y champagne).
Arthur Miller, disfrutando de la fiesta y el baile con su esposa Marilyn Monroe. Mucho más relajado sin la presencia de Isak Dinesen, claro...
Jonathan Franzen, ¿meditando sobre el futuro del libro en papel?
Marcel Proust, de ¿fiesta? en el jardín.
Ernest Hemingway, sumergido de lleno en la cultura pamplonica.
Kingsley Amis (sí, es el padre de Martin Amis, también escritor), elegancia fiestera.
Hunter S. Thompson, de ronda nocturna con John Cusack, Johnny Depp y una "amiga".
Cuando Isak Dinesen viajó a Estados Unidos dijo que quería conocer a Marilyn Monroe. Se organizó una cena entre ellas, a la que también asistieron Arthur Miller y Carson McCullers. Cuentan que no hizo buenas migas Dinesen con Miller, que expresó a la escritora su estupor ante la dieta que ésta seguía: ostras y champagne. A las recomendaciones de Miller, Dinesen sentenció: "No sé nada de eso, pero soy vieja y como lo que quiero". Mientras, la McCullers y Monroe intimaban.
Paul Verlaine, acompañado de un vaso de absenta.
Zadie Smith: belleza rodeada de belleza (y champagne).
Arthur Miller, disfrutando de la fiesta y el baile con su esposa Marilyn Monroe. Mucho más relajado sin la presencia de Isak Dinesen, claro...
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Jonathan Franzen, ¿meditando sobre el futuro del libro en papel?
Marcel Proust, de ¿fiesta? en el jardín.
Ernest Hemingway, sumergido de lleno en la cultura pamplonica.
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