Pero, pese a todo, JK Rowling no puede reprimir los nervios cada vez que presenta su última novela. Es entendible. El título supone su puesta de largo en el mundo de los adultos y representa la prueba de fuego para saber si tras el éxito de Harry Potter, tiene algo más que ofrecer.
Una vacante imprevista, llega mañanaa las librerías españolas de la mano de Salamandra. Aunque es posible que ya hayan leído algunos capítulos. Los incondicionales de la escocesa no pudieron esperar y en cuanto el libro salió a la luz en septiembre en el Reino Unido, lo tradujeron con la ayuda de Harry Latino, una web creada por dos estudiantes -que no revelan su nombre ni nacionalidad- que siempre han facilitado las cosas a los seguidores del niño mago que no están familiarizado con la lengua de Shakespeare.
"La idea me llegó de repente, sentí esa reacción casi visceral de cuando sabes que quieres hacer algo", explicó la autora, quien define su novela como una "tragedia cómica" con "un humor bastante negro" que toca temas universales.
La trama comienza con la muerte inesperada de Barry Fairbrother, un funcionario de cuarenta y cuatro años que deja consigo una vacante como funcionario en un pequeño pueblo imaginario llamado Pagford. El puesto de trabajo se convierte en un punto de inflexión entre los habitantes. Todos pugnan por la codiciada plaza del fallecido porque es un factor clave para resolver un litigio territorial.
Desde ese momento afloran las peores pasiones, un baile de emociones sociales y privadas que también toca los pilares familiares, las relaciones entre parejas, entre padres e hijos y entre profesores con alumnos. Drogas, marginalidad, insultos, sobredosis de realidad y vida dura se dan cita en estas más de quinientas páginas, en las que la radiografía de los adolescentes, que tienen que abrirse paso en un mundo adulto bastante poco comprensible, tiene especial protagonismo.
Precisamente el análisis de los personajes más jóvenes ha sido recalcado por la mayoría de los críticos. Casi todos coinciden en el hecho de que Rowling tiene más habilidades para desarrollar la complejidad de los adolescentes que para transmitir las emociones de los adultos. Pero a la hora de matizar si se ha conseguido con éxito reflejar las peculiaridades de las comunidades rurales que habitan en cada rincón de la campiña inglesa vienen las divisiones, ya que no son pocos los que aseguran que se ha caído en los estereotipos sin profundizar más allá.
The Financial Times y Wall Street Journal alabaron el trabajo. Lev Grossman, de la revista Time, considera la novela "ambiciosa, brillante, irreverente, divertida, profundamente triste y magíficamente expresiva". Theo Tait, The Guardian, asegura que, a pesar de no ser "ninguna obra maestra", no es mala en absoluto. "Es inteligente, está bien elaborada y a menudo divertida", asegura. Sostiene que es "ambiciosa en sus temas", reprocha a la autora recurrir a "situaciones tipo y clichés".
Por su parte, Michiko Kakutani, del New York Times, asegura que es "tan intencionadamente banal, tan deprimentemente estereotipada que no es solo decepcionante, sino también aburrida".
Aunque sin duda los comentarios más venenosos vinieron de la mano de Jan Moir, el crítico de Daily Mail. También hay que contextualizarlos, ya que sus lectores guardan cierto parecido con la familia media burguesa que aparece en la novela. Una familia con médicos incluidos, pero con muchos trapos sucios en el armario. "Los Fairbrother de este mundo daban por hecho que su formación universitaria les hacía mejores personas", escribe Rowling. Para Moir, el libro es un "manifiesto implacable socialista disfrazado de literatura", cargado de "prejuicios" y creado por alguien "estrecho de miras" y "demagogo".
Rowling nunca ha escondido sus simpatías por el Partido Laborista. Es más, asegura que gracias a las ayudas que proporcionaba a las madres solteras pudo salir adelante. Joanne, que es como se llama realmente, empezó tarde a escribir. Trabajó durante un tiempo como profesora de inglés en Portugal, pero cuando se convirtió en madre soltera decidió volver a su Escocia natal. Fue allí, entre su habitación, la casa de su hermana y los pubs donde se metía para resguardarse del frío donde creó el mundo de Hogwarts.
El "fenómeno Potter" lleva recaudado más de 6.300 millones de dólares (4.400 millones de euros). Las siete novelas del niño mago -publicadas entre 1997 y 2007- han vendido más de 350 millones de copias en 200 países y han sido traducidas a 65 idiomas. Las ocho películas ingresaron en los cines 7.704 millones de dólares.
La gallina de los huevos de oro sigue garantizando beneficios, además del parque temático, Rowling lanzó una web llamada Pottermore, que, entre otras cosas, contiene material inédito y será el espacio donde se lanzarán los e-books de la saga.
Con semejantes cifras, la escritora había dejado el listón muy alto. Pero, a pesar de la campaña brutal de publicidad, Una vacante imprevista, no consiguió la meta que se había propuesto la editorial: vender un millón de copias en las primeras 24 horas de salir a la venta.
En el Reino Unido, las ventas no estuvieron cerca de las que consiguió Dan Brown, con El símbolo perdido, que alcanzó las 550.000 copias durante su primera semana. No obstante, con su primera novela para adultos, Rowling superó las 100.000 copias en los primeros siete días. Unos números que le han cuadrado a la BBC, que convertirá el libro en una serie de televisión para 2014.
VENDE LA CASA DONDE CREÓ A POTTER
La casa de Edimburgo en la que la autora escribió al menos cuatro libros de la exitosa saga de Potter se vendió en octubre por 2,25 millones de libras (2,8 millones de euros). La vivienda, una mansión del siglo XIX, se encuentra en el barrio residencial de Merchiston, al suroeste de la capital escocesa, y está integrada por ocho dormitorios y varios jardines. A pesar de sus dos siglos de historia, la casa conserva en buen estado varias cornisas y chimeneas de la época en la que fue construida, y ha sido restaurada recientemente.
Entre las reformas llevadas a cabo destaca un completo sistema de seguridad, que Rowling instaló en una época en la que se sentía una "rehén" en este domicilio. "Hubo dos períodos particularmente malos, cuando me sentía bajo asedio o como si fuese una rehén. Tras el nacimiento de mis dos últimos hijos, me era imposible salir de casa sin ser fotografiada", explicó. Además, los jardines albergan dos cabañas en dos árboles de 12 metros de altura, construidas para sus dos hijos pequeños, con una escalera en espiral y un túnel secreto.
La escritora adquirió la planta superior de la mansión en 1999, dos años después de la publicación de Harry Potter y la Piedra Filosofal, el primer tomo de la saga, por 425.000 libras (531.800 euros). A medida que los ingresos por las ventas de los libros se dispararon, compró el apartamento situado en la planta baja del edificio y unificó los dos pisos para crear una gran residencia.
Una década después, Rowling, de 47 años, su marido Neil, su hijo David y sus hijas Jessica y Mackenzie, abandonaron esta casa para trasladarse a otra mansión más antigua en las afueras de la capital escocesa. Rowling, la segunda mayor fortuna del Reino Unido tras la reina Isabel II, disfruta ahora de un patrimonio valorado en 560 millones de libras (701,5 millones de euros) y es propietaria además de otra vivienda en Londres y de una casa de campo en el condado escocés de Pertshire. (fin).
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