viernes, 27 de septiembre de 2013

EL LADO MAS MACABRO Ian McEwan

Aparece un relato, escrito por el británico a mediados de los 70, en el que una mujer busca vengarse de su marido promiscuo cortándole la lengua y los genitales.


El lado más macabro de Ian McEwan
En unos días llegará a las librerías españolas «Operacióndulce»(Anagrama), la última novela de Ian McEwan (Hampshire, 1948). Se trata del regreso de uno de los «popes» de la actual literatura anglosajona y la trama promete no defraudar: una joven estudiante, reclutada por el MI5 en plena Guerra Fría en la Inglaterra de principios de los 70, que termina enamorada de su objetivo.
Sin embargo, esta semana el escritor británico ha sido noticia por una historia bien distinta a la que cuenta en «Operación dulce». Y es que, según recogen varios medios inglesesSebastian Groes, profesor de Literatura Inglesa, ha encontrado en los archivos de la Universidad de Roehampton un relato corto que Ian McEwan escribió a mediados de los 70 y que llevaba más de 30 años desaparecido.
La historia se publicó por primera vez en 1976 como «Untitled» («Sin título) en la revista«Tri-Quarterly» y Groes la ha recuperado en la segunda edición de su libro «Ian McEwan: Contemporary Critical Perspectives». En apenas dos páginas, McEwan cuenta la historia de una mujer que busca vengarse de su promiscuo marido. Para ello, le pide a un médico que le quite la vejiga y le corte la lengua, los genitales y los tendones de las muñecas mientras duerme.
El argumento hace justicia a la reputación del joven McEwan como contador de macabras historias, dignas de una imaginación un tanto gótica y siniestra. Según Groes, el relato sería un «ensayo» de McEwan para su cuento «Pornography» (1978), mientras que el personaje del médico sería un boceto del protagonista de «Sábado» (2005), Henry Perowne.

Un autor «muy coherente»

En declaraciones a la prensa británica, Sebastian Groes asegura que se trata de una pieza «muy corta y experimental, pero forma parte integral de su obra y demuestra que McEwan es un autor muy coherente, que lleva treinta años escribiendo sobre los mismos temas».
Junto a la historia del médico «amputador», Groes descubrió otrorelato perdido de Ian McEwan, de unas veinte páginas (y que el profesor planea incluir en una futura edición del mencionado libro), titulado «Intersection». En el cuento, que muestra retazos de la futura obra del autor (especialmente de «Sábado»), cuatro personas se cruzan en la calle «una ordinaria mañana de martes».
Al parecer, el novelista británico está «muy feliz de que ambos relatos hayan vuelto a la circulación». Y es que, «gracias a este tipo de historias se ganó el apodo de "Ian Macabro" en su juventud».

jueves, 26 de septiembre de 2013

Shani Boianjiu: La gente como nosotros...

...no tiene miedo. El ejército israelí, en primera persona.


La gente como nosotros no tiene miedo, afirma Shani Boianjiu en el título de su debut literario, un retrato ficcionalizado de sus propias experiencias en el servicio militar israelí. La novela ha sido traducida ya a 23 idiomas y galardonada con el premio 5 Under 35. Además, quedó finalista del 2013 Sami Rohr y del Women’s Prize for Fiction 2013.
La gente como nosotros no tiene miedoShani Boianjiu, nacida en 1987 y exrecluta del ejército israelí, capta la frustración y la crudeza, la energía y la singularidad que caracterizan el servicio militar obligatorio de las jóvenes soldado, un tema que saltó a la actualidad recientemente por las polémicas fotos que unas chicas soldado israelíes difundieron en las redes sociales.
Las protagonistas de La gente como nosotros no tiene miedo son Yael, Avishag y Lea, tres chicas que crecen juntas en un pequeño pueblo israelí, acuden a clase en aulas improvisadas en caravanas y se pasan notas unas a otras para aliviar el aburrimiento universal del adolescente. Nada muy original. Pero al ser reclutadas para el ejército, sus vidas cambian de forma inesperada.
Yael entrena a tiradores y flirtea con chicos. Avishag hace guardias y observa a los refugiados cuando se abalanzan sobre la alambrada. Lea, destinada en un puesto de control, imagina las historias que se ocultan tras los rostros familiares que pasan ante ella día tras día. Las tres cotillean sobre chicos y susurran acerca de un mundo aun más violento que no alcanzan a ver –niñas hambrientas y hacinadas en un camión, rehenes en un avión secuestrado en Uganda—, y piensan constantemente en un momento que podría no llegar nunca. Shani Boianjiu desvela una intensa realidad desconocida para muchos, al tiempo que capta ese momento único en la vida de una joven en el que un instante puede cambiarlo todo.
Shani Boianjiu (Jerusalén, 1987), tras servir en el ejército israelí durante dos años, estudió en Harvard. En 2012 se convirtió en la autora más joven galardonada con el premio 5 Under 35 que concede la National Book Foundation, para el que fue recomendada por la escritora Nicole Krauss. Ha sido finalista del prestigioso premio literario 2013 Sami Rohr, que distingue a escritores emergentes que indagan en la experiencia judía, y del Women’s Prize for Fiction 2013. Vive en Kfar Vradim, Israel.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Mariposas bajo la piel, de S. Spencer-Wendell

.“No llores porque ha acabado. Sonríe porque ha ocurrido”

Se habla de Mariposas bajo la piel, de Susan Spencer-Wendell y Bret Witter, como del fenómeno literario del año en Estados Unidos. Y a juzgar por las cifras, algo de eso hay, sin duda.
MAriposas bajo la piel de Susan Spencer-WendellEsta es la “biografía” de Mariposas bajo la piel: en junio de 2012 Harper Collins adquiere los derechos del libro por más de 2 millones de dólares y, dos días después, se cierran los derechos de cine con Universal Pictures. Ese mismo día, los derechos se venden a cinco países.
El 3 de enero de 2013 el programa estrella de la televisión estadounidense, The Oprah Magazine, lo define como "El relato inspirador de una mujer que, a pesar de que le diagnostican ELA y de su consiguiente decadencia física, sigue disfrutando de la vida al máximo y nos lo demuestra. Dos días más tarde, el libro de Susan Spencer-Wendell logra venderse a 25 países. En marzo de 2013, sólo una semana después de su publicación en Estados Unidos,Mariposas bajo la piel alcanza el puesto número 3 de la lista de los más vendidos del New York Times.
¿Por qué este rotundo éxito? El secreto está en el testimonio de superación y arrolladora fuerza vital que presenta. Mariposas bajo la piel narra la historia deSusan Spencer-Wendel, una mujer de 44 años que, en junio del 2011, supo que padecía de esclerosis lateral amiotrófica (o ELA). Le dijeron que sólo le quedaba un año de salud. Decidió vivir aquel año con alegría: renunció a su trabajo como periodista y dedicó tiempo a su familia. Además, emprendió siete viajes con las siete personas más importantes de su vida. También escribió este libro, y lo hizo tecleando en su iPhone letra por letra solo con el pulgar derecho.
Mariposas en la piel puede resumirse en una sencilla frase, una lección de vida: “No llores porque ha acabado. Sonríe porque ha ocurrido”.

martes, 24 de septiembre de 2013

LIBROS DE HUMOR

Estos son algunos de los mejores libros de humor del último año, según diez insignes invitados al Festival La Risa de Bilbao, que ya calienta motores. No se repite ni un título, y esa es la dificultad de la gran novela de humor: más o menos todos lloramos por las mismas cosas, pero, en cambio, no nos hace gracia lo mismo.
Kiko Amat: ‘Caída y auge de Reginald Perrin’, de David Nobbs (Impedimenta) y ‘Boston, sonata para violín sin cuerdas’, de Todd McEwen (Automática).
Luis Magrinyá: ‘El libro de la señorita Buncle’, de D. E. Stevenson y ‘Y las cucharillas eran de Woolworths’, de Barbara Comyns (ambos de Alba Editorial).
Fernando Iwasaki: ‘El asesino hipocondriaco’, de Juan Jacinto Muñoz Rengel (Plaza & Janés) y ‘Betibú’, de Claudia Piñeiro (Alfaguara).
Manuel Rodríguez Rivero: ‘Dos historias nada decentes’, de Alan Bennett y ‘Capital’, de John Lanchester (los dos Anagrama).
Marta Sanz: ‘Prohibido entrar sin pantalones’, de Juan Bonilla (Seix Barral) y ‘Cómo ser mujer’, de Caitlin Moran (Anagrama).
Pilar Adón: ‘Karoo’, de Steve Tesich (Seix Barral) y ‘Tres hombres en una barca’, de Jerome K. Jerome (Blackie Books).
Rodrigo Fresán: ‘Los hermanos Sisters’, de Patrick deWitt (Anagrama) y ‘Algo ha pasado’, de Joseph Heller (El Aleph).
Nuria Barrios: ‘El abuelo que saltó por la ventana y se largó’, de Jonas Jonasson (Salamandra) y ‘El canto del cisne’, de Edmund Crispin (Impedimenta).
Fernando Aramburu: ‘Un estado de malestar’, de Joaquín Berges (Tusquets) y ‘Por qué nos gustan las guapas’, de Rafael Azcona (Pepitas de Calabaza).
Manuel Vilas: ‘Cada cual y lo extraño’, de Felipe Benítez Reyes (Destino) y ‘Absolución’, de Luis Landero (Tusquets).

lunes, 23 de septiembre de 2013

PALMERAS EN LA NIEVE, LA PELICULA

La novela de Luz Gabás, protagonizada por Mario Casas.


Palmeras en la nieve, que tiene previsto comenzar su rodaje en junio de 2014 en localizaciones de Huesca, Canarias y Costa Rica, será presentada el próximo martes 24 de septiembre en San Sebastián con la presencia de Mario Casas, Fernando González Molina, Sergio G. Sánchez, Mercedes Gamero y la escritora de la novela,Luz Gabás, junto con la directora editorial de Temas de Hoy, Belén López Celada.
Palmeras en la nieve película con Mario Casas
Palmeras en la nieve es el esperado nuevo proyecto del directorFernando González Molina y el guionista Sergio G. Sánchez (Fin, Lo imposible, El Orfanato) en su primera colaboración como tándem creativo, al que se une Mario Casas en el papel protagonista. La película está basada en la exitosa novela homónima de Luz Gabás, leída ya por más de 500.000 personas desde su publicación en 2012.
La novela de Luz Gabás, muy en la línea de El tiempo entre costuras de María Dueñas, nos cuenta la historia de Clarence, una mujer a la que el descubrimiento accidental de una carta olvidada durante años empuja a viajar desde las montañas de Huesca a Bioko, para visitar la tierra en la que su padre Jacobo y su tío Kilian pasaron la mayor parte de su juventud, la isla de Fernando Poo. En las entrañas de un territorio tan exuberante y seductor como peligroso, Clarence desentierra el secreto de una historia de amor prohibido enmarcado en turbulentas circunstancias históricas cuyas consecuencias alcanzarán el presente.
Desde 1926 la isla de Fernando Poo (ahora Bioko) formó parte de la Guinea Española, aunque era posesión española desde 1778, hasta que en 1968 se proclamó la independencia del país. La progresiva escalada de tensión y violencia de esos años supuso un complejo episodio de nuestro pasado del que apenas llegaban noticias a la península. Palmeras en la nieve sitúa su acción por una parte en el periodo de transición de las colonias a provincias de ultramar hasta la independencia definitiva, y por otra en el presente, en Bioko, un territorio herido tras años de inestabilidad, dictaduras, desapariciones, tortura, y falta de libertades. 

viernes, 20 de septiembre de 2013

ENTREVISTA A MATILDE ASENSI

1_optLa Trilogía Martín Ojo de Plata reunida es un tomo del tamaño de esos cofres con los que soñaban los bucaneros y donde, además de las peripecias de los personajes, hay algunas muestras (no muchas) de las notas manuscritas de Asensi; materiales y un prólogo rotundo de la autora alicantina donde reflexiona sobre el papel de España en América que arranca con estas palabras contundentes: “Hace algo más de doscientos años que los españoles nos fuimos de Latinoamérica. Y cuando digo que nos fuimos quiero decir que nos echaron”… Asensi es de esas personas que dicen lo que piensan o que, cuando no lo dicen, se les nota igualmente. Eso tiene sus ventajas y sus inconvenientes para un periodista: puede obtener buenos titulares, pero también puede ser fulminado por su mirada intensísima ante alguna metedura de pata, o si trata de meter las narices en asuntos que pertenecen a su intimidad. Es de Alicante, como el turrón: según cómo trates de hincarle el diente puedes saborear un momento dulce o partirte un diente. Y los trucos no valen, pues se los sabe todos porque ha sido de la profesión.
Le pregunto por qué dejó el periodismo “¡No sabes lo que es ser periodista de provincias! ¡Eres periodista veinticuatro horas al día, siete días a la semana! Y, si a las tres de la mañana se incendia Mercalicante, pues has de salir para allá corriendo. Has de vivir para el trabajo y yo un día me planteé ‘¿Esto era lo que yo quería? ¿Qué quería yo?’. A una compañera de cierta edad la pasaron a un gabinete de prensa de la Universidad de Alicante y pensé: ‘¡Ese es mi destino! Voy a estar todos estos años entregada a todo esto y luego acabaré en un gabinete de prensa haciendo un trabajo burocrático’… Y entré en crisis, caí en barrena.”
Fue entonces cuando, al plantearse qué quería hacer de su vida, encontró semienterrada en la arena de la adolescencia la inquietud de escribir. “Fue reencontrar una ilusión que me hizo renacer”. Empezó a escribir cuentos y se dio cuenta de que eso la hacía más feliz que el potaje informativo local: “Llegó un momento en que me dije: ‘No aguanto más políticos locales, no aguanto más corrupción… yo quiero escribir y me piro’”. Preparó oposiciones para tener un trabajo de 8 a 15 que le dejara las tardes libres para escribir. “Me puse muy en serio… de eso hace quince años largos. Y aquí estamos hoy en día, con las mismas ganas pero con más canas”.
Ojo al dato
Un mercante español es asaltado por piratas. Para salvar la vida, la joven Catalina Solís se viste con las ropas de su hermano y abandona el barco flotando en un escritorio arrojado por la borda. A partir de entonces, logrará sobrevivir y forjarse una leyenda como el valeroso marino Martín Ojo de Plata. Esta es la historia de una muchacha que se convierte en líder en una época violenta, e incluso la veremos subvertir el cuento tradicional al ser ella quien rescate a su enamorado en La conjura de Cortés. Mi teoría es que el libro muestra cómo mujeres y hombres son caras de la misma moneda, cómo lo que nos separa pueden ser unos pantalones y un corte de pelo: hombres y mujeres todos somos uno, Martín/Catalina es mujer y es hombre, todos tenemos una parte femenina y otra masculina… Pero, cuando le expongo la impecable teoría a Asensi y se lo pongo a huevo para que se erija en paladín de ese buenrollismo siglo XXI… se me queda mirando con una sonrisa sarcástica y afectuosa (que ya son muchos años de aguantarnos mutuamente) y me dice: “Toni, qué carca eres”.
Ya me lo había explicado en una entrevista anterior, pero como ve que no me entra en la cabeza, me lo aclara pacientemente: “Catalina no es las dos caras de nada, no es mujer y hombre a la vez… ¡Catalina es mujer!”. Y yo, que he bebido agua del Ebro, aún le insisto… “Pero cuando se viste de hombre es ambas cosas”. Y ella, que también tiene la cabeza como el turrón de su pueblo, que no: “Ella es mujer. Lo que hace es simplemente vestirse de hombre, que es un fenómeno del Siglo de Oro muy conocido: el de la mujer travestida de hombre. En Shakespare, Cervantes o Calderón aparece esa figura porque la vida de la mujer era tan sumamente horrorosa y patética, que las pocas que tenían el valor de romper con eso y marcharse solo tenían esa opción. No porque se sintieran hombres en absoluto. Aquello no era Águila Roja, donde ellas van con un escote hasta abajo y salen por ahí tan campantes. Y que conste que a mí me encanta Águila Roja. Pero, en aquella época, la realidad es que las mujeres salían a la calle con velo y acompañadas, salvo las prostitutas, que iban con una toquilla amarillo azafrán que las identificaba. Para poder hacer algo diferente a aceptar el matrimonio que pactaban tus padres sin preguntarte tu opinión, o acabar en el convento o para vestir santos (una humillación en la época), era la única opción.”
¿España?
Uno de los cuadernos de trabajo de Matilde Asensi, donde toma notas (con bolígrafos de varios colores) con la documentación para sus obras.
Uno de los cuadernos de trabajo de Matilde Asensi, donde toma notas (con bolígrafos de varios colores) con la documentación para sus obras.
Le comento que en el prólogo escribe “soy hija de un país que no me ha enseñado a amarlo” y que suena duro. “Es triste, pero es la realidad. Yo no amo España, me gustaría decir otra cosa, pero no puedo. Yo no sé qué es España. Me siento alicantina, mediterránea por la cultura que compartimos: la alimentación, la luz, la forma de ser… esa identidad la reconozco. ¡Me di cuenta cuando estuve en Londres seis meses y acabé hasta las narices del cielo gris! La luz forma parte de tu vida. ¿Pero España? No se nos ha enseñado a amar nuestro país. En la Transición se hizo todo muy mal, creo que para disolver el problema de la comunidades autónomas históricas, Cataluña y País Vasco, se montó el rollo de la España de las autonomías y luego hemos tenido este bipartidismo patético que ha ido diluyendo la identidad”. Pero, en cambio, en Latinoamérica has dado la cara por el papel histórico de España… “Si estoy fuera, defiendo España con la navaja y el cuchillo, pero luego estoy aquí y no tengo sentimiento patriótico. Yo es que no tengo claro qué es España, ni tengo claro por qué tengo que sentirme orgullosa de ser de este país, ni tener un monarca del que sentirnos especialmente orgullosos, ni una clase política que nos haga sentirnos orgullosos. Aquí sabemos que el que se mete en política lo hace para medrar”.
Trilogía Martín Ojo de Plata Matilde Asensi Planeta 960 págs. 23,90 €.
Trilogía Martín
Ojo de Plata
Matilde Asensi
Planeta
960 págs. 23,90 €.
Le pido que me cuente qué pasa con Latinoamérica… “El concepto que tenemos nosotros de Latinoamérica es completamente diferente del que Latinoamérica tiene de nosotros. Cuando ves lo que ha pasado en Argentina con Repsol, Bolivia, Venezuela… yo no invertiría en Latinoamérica porque es que no nos quieren. Para ellos las inversiones de nuestras grandes empresas allí son una segunda conquista. Si ya la primera no la tienen asimilada, y les parecemos unos monstruos y que la pobreza que tienen es culpa nuestra, pues esta segunda conquista aún les sienta peor. No es algo a nivel personal, esto es importante remarcarlo, como persona a ti allí te reciben muy bien, pero es el concepto global. Cuando estás allí haciendo promoción todo es fantástico, hasta el momento en que alguien, en un momento dado, salta con que ‘usted, como española, que nos lo robaron todo, nos dejaron en la pobreza…’. La primera vez que fui a la Feria de Guadalajara me callé, pero ya las últimas veces pongo las cosas en su sitio: no les robamos todo. Ahí son ricos, tienen materias primas, petróleo, de todo… lo que hayan hecho los últimos doscientos años en que no hemos estado nosotros, ahí no tenemos nada que ver. Pero eso es lo que les enseñan en los colegios, porque a sus políticos les conviene. El odio o la falsedad de la historia se enseña en los colegios en Latinoamérica y nosotros aquí no nos enteramos: seguimos hablando de los hermanos latinoamericanos, celebrando el Día de la Hispanidad… ¿Por qué no ponemos los pies en el suelo de una vez y nos enteramos de lo que pasa de verdad? Que no nos quieren. Los ingleses tienen la inmensa suerte de que, después de haber liquidado a millones, los adoran en sus antiguas colonias. Pues fantástico, enhorabuena. A nosotros nos odian, no en el trato personal, sino globalmente. Y si creemos otra cosa nos volverán a expropiar”.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Almudena Grandes: “España ha perdido sus vínculos con el pasado”

De visita en Buenos Aires, la escritora madrileña habla de sus últimos trabajos, seis novelas sobre la resistencia contra el franquismo, “historias de españoles para quienes la guerra no terminó”. Además, los efectos de la transición, la crisis actual de su país, y la dimensión política “cada vez más consciente” de su obra.



EL LECTOR DE JULIO VERNE. Fue elegido como uno de los libros del año por ''El País'' de España.“A Cencerro no lo mataron, Cencerro se suicidó”, le aclararon a la escritora madrileña Almudena Grandes hace no mucho tiempo en el pequeño poblado de Fuensanta de Martos, Jaén. Hasta allí había llegado la escritora siguiendo la pista, el mito, del guerrillero más célebre de la Sierra Sur. Tomás Villén Roldán, alias Cencerro. Su último libro, El lector de Julio Verne, es en parte esa historia, la historia de la resistencia republicana contra el franquismo, encarnada en Cencerro y contada desde Nino, hijo de un guardia civil, que en 1947, a sus nueve años, descubre el mundo republicano a través de su amigo Pepe el Portugués, que podría ser otro Cencerro. En la Sierra Sur se sigue librando esa guerra interminable, como ha decidido llamarla Almudena, y Nino tendrá que decidir que los enemigos de su padre, no son los suyos.
“Es la historia de unos españoles para quienes la guerra no terminó”, dice Grandes ahora en Buenos Aires, recién llegada de su Madrid. Hace rato que tomó partido en esta disputa interminable, porque “en una guerra entre fascistas y demócratas no hay que explicar de qué lado está el bien”. Almudena padece, es ella quien lo dice, una obsesión sentimental enfermiza por la Guerra Civil. Esa obsesión es la que va cristalizando en este último tramo de su obra, seis volúmenes dedicados a la resistencia durante la posguerra española. Ya publicó dos: Inés y la alegría y El lector de Julio Verne (Tusquets). Nos avisa que en 2014 tendremos el tercero, y que ya trabaja en el cuarto de ellos, una historia que tiene a Buenos Aires como protagonista. (Ver recuadro) Contada por una mujer que ha dicho que la literatura quizá pueda hacer más por la historia que los libros de historia.
-Dijiste alguna vez, en un prólogo de Las edades de Lulú, que debías tu fortaleza, tu tenacidad para convertirte en escritora a una debilidad: la soberbia. ¿Se puede escribir sobre la guerra desde la soberbia?
Es mi gran defecto. Una condición paradójica, porque te protege de otros pecados. Las personas soberbias no somos vanidosas, porque en el fondo, lo que opinen los demás, que son muy inferiores (risas), nos tiene sin cuidado. Por eso mismo no somos ni envidiosas, ni rencorosas. Pero la soberbia es muy peligrosa, porque te lleva a hacer el ridículo. Yo se que es mi defecto principal, y por eso me cuido de sus efectos. Pero a lo largo de mi vida ha sido un motor que me ha empujado. ¿Así que yo no? Os vais a enterar…Procuro no ser una escritora soberbia, pero no puedo evitar se una persona soberbia. 

-Todo esto a pesar de que te has convertido en una escritora política…
Sí, pero empezaste hablando de Las edades de Lulú (su primer libro, 1989). Cuando miro atrás, tengo la sensación de que he estado escribiendo la misma historia. Durante los primero 10 años de mi carrera, me dediqué a contar los conflictos de identidad de mi generación: sexuales, ideológicos, familiares, políticos. Pero ya me aburría mirarme el ombligo, no tenía más que contar. Entonces cambié de registro, y escribí Los aires difíciles, que para mí es muy importante, una bisagra por la que se puede doblar mi obra por la mitad. Escribí luego El corazón helado. Y ahora estos episodios, novelas en las que yo pienso recorrer 25 años de la posguerra española, entre 1939 y 1964. Todas estas novelas tienen un epílogo que desembarca en la Transición. Digamos que los epílogos de estas historias enganchan con la infancia de Lulú, de Malena, las protagonistas de mis primeras novelas. Las edades de Lulú, aunque parezca mentira era en cierta medida una novela política.
¿Cómo es eso?
Estaba contando la España de los 80. La gente de mi edad era como las burbujas de una botella de champagne. Salió el tapón y salimos todos. Somos una generación en un país que había vivido atenazado por la vigilancia de la Iglesia, por una represión política, moral y física, y aquí no hablo solo de los fusilados. En lo relativo al cuerpo, fuimos la generación que aprendió a vivir el exceso sin culpa. Eso le da una dimensión política a aquéllas novelas. Era una actitud quizás inconsciente, que ahora es muy consciente.
-Los epílogos de estas novelas llegan a la transición, pero tu mirador es este presente de crisis, que ya permite una evaluación sobre lo que ocurrió con esas burbujas, algo a lo que no te podrás sustraer…
Uno de los grandes problemas de la España más contemporánea es que ha perdido sus vínculos con el pasado. Siempre hemos sido un país pobre, nuestras tradiciones tienen que ver con eso, y hemos sabido ser pobres con dignidad. Lo hacíamos bien.
Hasta ahora…
No, hasta los últimos 20 años. Porque en los últimos 20 años nos contaron que éramos ricos. Y nos lo creímos. Y perdimos nuestras referencias: la cultura del sacrificio, de la resistencia. Ahora, sobre todo la gente joven, está desconcertada. Nos dijeron que éramos ricos y no lo somos, ¿y ahora qué hacemos? Ese es un problema que sus abuelos no tenían. Se ha roto una especie de cadena lógica de la España de los últimos años.
¿Que empezó dónde? 
La Guerra Civil supuso que una generación de españoles vivieran peor que sus padres, pero desde la primera posguerra hasta hoy, siempre habían vivido mejor los hijos que los padres. Ya no estamos seguros de que eso ocurra, hay muchos indicios de que nuestros hijos vivirán peor.

Saquémoslo del plano económico, ¿mientras las generaciones mejoraban su status de vida, sucedía lo contrario con esa cadena a  nivel de conciencia…?
Bueno, sí, esa especie de desvalimiento actual tiene que ver con la falta de conciencia política, incluso de conciencia de la realidad. Esta pobreza estaba matizada por la solidaridad, por la predisposición a compartir con los demás, que eran nuestros iguales. Pero este no es sólo un fenómeno de España. La indolencia es un mal del siglo XXI. El siglo XX, hasta la caída del Muro, fue un siglo marcado por la intensidad. En el siglo XXI llevamos 13 años en los que no ha pasado nada.

Esa indolencia contrasta con un concepto que atraviesa estas historias: la guerra no terminó. ¿Buscas recuperar aquéllas resistencias?
Sí, es verdad. Pero estas son novelas de resistencia, y por eso ese dato está exacerbado. Yo cuento estas historias desde el punto de vista de los que no se rindieron. En Inés y la alegría, en El lector de Julio Verne, hay resistencia armada. A partir de la tercera entrega, hay otros tipos de resistencia. Es la historia de unos españoles para quienes la guerra no terminó.
Incluso más allá de la transición…
La guerra podría haber terminado si la transición se hubiese hecho de otra manera. La muerte de Franco era el momento ideal para poner fin a una guerra que ya no era armada pero sí cruenta. Franco firmaba sentencias de muerte hasta en su lecho de enfermo. Pero lamentablemente no fue así. Nuestra transición estuvo mucho más basada en los silencios que en las palabras, en el miedo que en la alegría. La consigna, tácita no expresa, que recibieron los españoles era a no remover nada, conformarnos con lo que teníamos. En la práctica era una propuesta infantil, vamos a hacer como que no hubo dictadura, y será como que no hubo dictadura. Cuarenta años de dictadura no se borran con voluntad. La transición se parece a una escena de Mary Poppins, donde ella toma de la mano a los niños y saltan a un dibujo, y pasan a vivir a otro mundo. Ese proceso determinó la fragilidad de la democracia española actual. No hubo ruptura expresa con la dictadura, no hubo democratización profunda. Ahora, lo de que la guerra no haya terminado, tiene que ver con la debilidad de la democracia española actual, con la clase de país en la que van a vivir nuestros nietos.

Durante el franquismo hubo una  institucionalización, una normalización del oprobio, de la mentira, ¿cómo caló eso en las generaciones siguientes, en la tuya por ejemplo?
Muchísimo. España era un país secuestrado, sin conexión con el mundo. En 1968 las mujeres no podían heredar, eran mayores dos años después que los hombres, no podían trabajar sin permiso del marido, vivían en una situación anacrónica. Yo tenía 15 años cuando Franco murió, y había sido educada para vivir en un país que nunca existió. Es cierto, la dictadura se fue ablandando con los años, pero la educación fue de posguerra hasta el último día. Nos educaron para vivir en un país que no existía más. Y la diferencia generacional que hay entre nosotros y nuestros padres es abismal. Nosotros nos parecemos mucho más a nuestros abuelos que a nuestros padres. Mis abuelos pudieron escoger una vida, si iban a creer en dios o en qué iban a trabajar. Para mis padres había sólo una vida, la tomabas o te morías. No había opción. España siempre fue a contrapié, hemos llegado demasiado temprano o demasiado tarde a todo. Esos abismos generacionales tienen consecuencias en el carácter de los españoles. Mi padre nació en el 33 mi madre en el 35, esa es la generación pérdida por antonomasia del siglo XX español. Tienen que haber tenido esa sensación de vivir en una entelequia, un engaño. Por desgracia, la historia de mi país es para mí irresistible, ya me gustaría tener una historia más normal.
Hay héroes en estas historias, seres queribles, admirables de principio al fin. ¿Hay quizá una añoranza de esos héroes que nuestras sociedades ya no construyen?
Hombre, en un mundo tan pálido como el nuestro, es muy difícil que estos héroes puedan aparecer. Al final hubo un pensamiento único, el neoliberalismo es un rodillo que se ha impuesto, y no hay alternativas atractivas para la gente. Me enfada ver como los partidos de derecha copian la organización de los de izquierda.
Estoy tentado a decir que el PSOE ha pagado con la misma moneda, copiando a la derecha…
También. Y ni eso, el PSOE lo que ha hecho es olvidar su tradición. Pero lo que me da más rabia es que hasta la creatividad parece haber quedado en manos de la derecha. Lo constato permanentemente. Están muy favorecidos por una ideología dominante, que es la de ellos. No tenemos héroes como Pepe porque la situación es muy diferente.
La biblioteca con la que se forman estos personajes no es una biblioteca política, a excepción de Pérez Galdós, quizás…
No puede serlo. Yo a la biblioteca de Elena la miré mucho, miré bien qué libros ponía y cuáles no. Hay uno, de Alejandro Casona, republicano por antonomasia. Pero Nino no podía leer libros marcados, no se los prestarían porque estaría en riesgo. Sin embargo, la literatura de aventuras en esta novela revela su potencia. Leer a Julio Verne o a Stevenson le permite a Nino escapar de una realidad odiosa. El lee en primera persona. Y aprende definiciones distintas de lo que es un héroe y de lo que es un cobarde, de lo que es el bien y el mal. Hay un momento en el que dice que dejará de leer, porque si hace caso a los libros debería pelearse con su padre. Pero sigue leyendo, y los libros le salvan la vida. En ese sentido esta novela también es un homenaje a la literatura como forma de vida, a las novelas de aventuras. Se podría contar como la historia de un niño que consigue no ser guardia civil.
Vas camino a Chile, a un encuentro sobre la memoria por los cuarenta años del golpe. Allende hizo lo mismo que Cencerro, se suicidó para no dejar que lo atraparan… 
Los suicidios, en los países con mala suerte, son un acto de resistencia. Ya que no me dejan poseer mi vida, al menos voy a poseer mi muerte. La historia de Cencerro, un héroe de leyenda como Robin Hood fue importante porque la pudo convertir en un acto de propaganda. Dispuso de su muerte y estropeó la victoria de sus asesinos.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Camilo José Cela: verdades y mentiras

La periodista (y sobrina del nobel) Lola Ramírez publica una biografía.


En Mi relativo tío Camilo José Cela. Verdades y mentiras, la periodista Lola Ramírez ofrece un relato personal de su tío, el escritor gallego y premio nobel. Lo ha autoeditado en Bubok y lo presenta en Madrid el miércoles 18 de septiembre, a las 19:30 horas en la Casa de Galicia de Madrid (c/ Casado del Alisal, 8).
Mi tío Camilo José Cela por Lola RamírezHaciendo uso del parentesco que le une al escritor, su "tío relativo", la periodista Lola Ramírez desvela en este libro un perfil inédito e íntimo del autor de La familia de Pascual Duarte y presenta como primicia a un joven y enamorado Cela, a través de las cartas de amor que le escribió a Charo Conde, su primera mujer.
Nosotros, como probablemente muchos de vosotros, nos hemos preguntado qué es eso de "tío relativo", a lo que la propia Lola Ramírez nos ha contestado: "Mi tío abuelo, Eduardo Rodríguez-Losada, estaba casado con María Trulock Bertorini, que era la hermana mayor de Camila Trulock Bertorini, la madre de Cela. El título de 'relativo tío', me lo dio el propio Cela cuando hace bastantes años le escribí una carta presentándome y diciéndole quién era. El me contestó muy cariñoso y firmaba: 'Tu relativo tío Camilo José Cela'".
En Mi relativo tío Camilo José Cela. Verdades y mentiras, realizado a partir de entrevistas y encuentros de la periodista con el propio Cela, con su hijo Cela Conde, con su viuda Marina Castaño, y con otros familiares cercanos, como su hermana Maruxa y su prima Nina, se reproduce material inédito hasta ahora, como las cartas originales que Cela escribió a Rosario Conde Picavea desde La Coruña, con las que la autora echa por tierra la afirmación que Marina Castaño realizaba hace un año, donde decía que el propio Cela le había confesado que nunca había dicho “te quiero” a nadie hasta que la conoció a ella. ¿Mintió Cela o había dos Celas completamente distintos, el público y el privado?
El niño mimado, el hermano entrañable y déspota, el genial escritor, el atípico padre, el amigo fiel o el apasionado amante, irrumpen en estas páginas mostrando algunas desconocidas facetas del nobel gallego.

Mi relativo tío Camilo José Cela Verdades y mentiras Lola RamírezLola Ramírez Escudero (La Coruña, 1951) se licenció en Ciencias de la Información, rama de Periodismo, en 1986 y durante muchos años trabajó como periodista freelance colaborando en medios como Cambio 16, La Voz de Galicia, Ya, etc. Entre 1988 y 2003 fue redactora de la revista Teleindiscreta. Paralelamente a su actividad periodística empezó a escribir relatos y ganó el primer premio en el VIII Concurso Literario de Hachette Filipacchi, con “Lleno, por favor”. En la actualidad, reside en Madrid y escribe biografías de personajes anónimos y dirige el portal de danza, Balletymas.