'Francia y la cultura árabe... Las amo a las dos. Y también las odio, a veces'
La editorial Demipage, francófila de nombre y programa literario, y tendente al blanco en las portadas y de amplios márgenes, dando espacio al papel, nos trae la segunda novela de Saphia Azzedine. 'Confesiones a Alá' vino a España también con este sello, y ahora llega 'Mi padre es mujer de la limpieza', es decir, 'Mon père est femme de ménage', que quizá suene más elegante pero igualmente ácido. Explica Azzedine a ELMUNDO.es: "Lo que me interesa de un personaje son sus entresijos. La parte vergonzosa que hay en cada uno de nosotros, nuestros sentimientos viles (odio los sentimientos honrados, lo tergiversan todo)... Nuestra maldad y también la parte de humanidad que, a pesar de todo, llevamos dentro".
Azzedine, gala de ascendente marroquí, exitosa novelista casi novel ('Confesiones a Alá' fue su primera novela), adaptó la novela 'Mi padre es mujer de la limpieza' (original de 2009) al cine en 2011. Es actriz y directora de cine. ¿Cine y literatura se traicionan, aunque hablemos de un mismo autor? "A la fuerza tiene que haber traición, pero a veces las traiciones resultan provechosas. No creo, sin embargo, que fuera el caso de 'Mi padre es mujer de la limpieza'. En realidad, no estoy muy satisfecha con esta primera película, aunque, eso sí, adoro determinadas escenas. Pero la película en sí es irregular y sin duda carece de cine".
Le pedimos a la autora de esta novela (comedia familiar ácida con un adolescente de narrador en primera persona) relaciones conceptuales con otros títulos, buscando una chispa referencial y un esbozo de "constante creativa": "No sé autoanalizarme, pero no puedo comparar 'Confesiones a Alá' con el resto de mis libros; este no era en absoluto un libro previsible. Era más bien un arrebato de ira, un gancho bien tirado. Mi editor y yo hemos procurado no retocarlo demasiado. Me parecía que esa crudeza le iba bastante a la protagonista, que era necesario que el estilo no fuera demasiado liso. Dicho esto, tengo la esperanza de madurar y evolucionar conforme voy escribiendo. Creo que la respuesta a esta pregunta le corresponde más a usted darla que a mí..." Vale. Ejem...
'Mi padre...' (o 'Mon père'...) ha vendido 200.000 ejemplares en Francia, donde hay una serie abundante de autores consolidados "entre dos culturas". Pensemos en el tunecino Hubert Haddad (editado también por Demipage) o el Goncourt afgano Atiq Rahimi. También Azzedine: "No se trata de enorgullecerse de cada una ellas; me dan felicidad y eso es todo. Soy francesa y marroquí por casualidad. Ambas culturas me han sido transmitidas con inteligencia y alegría y, por supuesto, son indisociables. Un niño no puede elegir entre su madre o su padre; de eso se trata. Las amo a las dos. Y también las odio, a veces. Aunque nunca dura mucho la pelea. Pero jamás me dictan mis actos en el día a día. No soy nacionalista. Están aquí, dentro de mí. Mejor así y eso es todo...".
Álvaro Cortina | Madrid
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