Los libreros acogen 'El grito de la tierra' como una de las grandes bazas para Navidad
Su naturaleza, su tierra, sus animales y su historia. Estos son los cuatro motivos por los que la superventas alemana Sarah Lark ama Nueva Zelanda, país en el que ha ubicado la trilogía que empezó En el país de la nube blanca (Al país del núvol blanc) continuó con La canción de los maoríes(La cançó dels maorís) y cierra ahora con El grito de la tierra (El crit de la terra), que llega mañana a las tiendas de la mano de Ediciones B como una de las grandes apuestas de los libreros para la campaña de Navidad.
Igual de monumental que los dos anteriores (más de 700 páginas), el nuevo libro está ubicado a principios del siglo XX y narra las peripecias de dos primas, Gloria y Lilian, que viven en Nueva Zelanda y son enviadas a un colegio en Gran Bretaña. Las dos jóvenes se enfrentan de manera muy distinta a su nueva vida. Lilian encaja. Pero Gloria urde un plan para volver a su tierra.
VENDIDAS HASTA EN CHINA / Christiane Gohl (verdadero nombre de Sarah Lark) solo puede sonreír cuando lee la lista de países donde se han publicado sus novelones, repletos de laberintos pasionales y hazañas heroicas. «Incluso China», exclama la autora, nacida en Bochum, Renania del norte-Westfalia (1968). Al mismo tiempo que explica que no se esperaba el éxito internacional de su trilogía [seis millones de ejemplares en todo el mundo; solo en España de las dos primeras se han vendido 350.000 tanto en castellano como en catalán] se queja entre risas que ni uno solo de los más de cien libros que ha escrito sobre caballos en alemán [es una apasionada del mundo ecuestre] se han traducido a ningún otro idioma.
La mayoría de los lectores de Sarah Lark son mujeres, que, según recuerdan los libreros, son las que más compran. Ese es uno de los motivos para que El grito de la tierra sea una de las grandes apuestas de los comercios de cara a la Navidad, época en la que el gremio se juega todo el año. «Las novelas de Sarah Lark sobrepasan la narrativa de viajes. Están llenas de contenidos cercanos», explica Alberto Peralta, de La Casa del Libro, establecimiento que aprovechando el tirón comercial de la Navidad sacará a la venta un estuche con las tres novelas.
SIN MIEDO AL TAMAÑO / En la época en la que más de 140 caracteres parecen una tesis doctoral, ¿cómo una novela de más de 700 páginas puede ser tan atrayente? «Hay lectores que leen para aprender. Pero otros, la mayoría, lo hacen por ocio, por placer. En esos casos, leer una novela larga es una manera de alargar ese placer», analiza Peralta, que recuerda que, en otros casos como los de Ken Follet o María Dueñas, los lectores tampoco se asustan ante el tamaño del libro.
Virgina Saez, una de las responsables del equipo de ventas de El Corte Inglés, afirma que El grito de la tierra es «un valor seguro» en la campaña de Navidad. «El boca oreja ha hecho que Sarah Lark se convierta en una superventas. El público, o al menos muchos de sus lectores, ya conocen las dos anteriores entregas. Y al ser El grito en la tierra la novela que cierra la trilogía eso animará todavía más a comprarla», explica Saez, que junto con otros libreros asistió la semana pasada en Madrid a una fiesta literaria, en la que la autora presentó su último trabajo junto al editor Ernest Folch. «Esperamos el libro como agua de mayo», resumió el responsable de la cadena VIPS, Ignacio Merino.
La vida literaria de Sarah Lark no termina en la exótica Nueva Zelanda. Una vez concluida la trilogía, la escritora alemana emigrará ahora a Jamaica donde ubicará otras dos «grandes novelas» que se publicarán en primavera. El público las espera.
OLGA PEREDA
MADRID
MADRID
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